Behemoth vuelve recargado y con ‘The Shit Ov God’ entrega una obra que no busca complacer, sino sacudir. El título ya anticipa una postura desafiante, casi provocadora, que se refleja en cada uno de los cortes del disco. Este álbum es una declaración de guerra contra el dogma, un acto blasfemo envuelto en una producción meticulosa y apocalíptica.
Musicalmente, Behemoth continúa desarrollando su fusión entre black metal, death metal y elementos rituales, pero esta vez con una atmósfera más opresiva y ceremonial. Las guitarras no solo desgarran, sino que arrastran al oyente a través de pasajes densos y caóticos. La percusión es implacable, casi marcial, y los arreglos corales elevan las composiciones a un plano casi litúrgico, pero invertido. Todo suena como si una misa hubiera sido capturada, profanada y grabada en un templo en ruinas.
El álbum no ofrece descanso. Cada tema se encadena con el siguiente en una progresión dramática que recuerda a un descenso controlado hacia una visión del inframundo. A diferencia de discos anteriores, aquí hay una teatralidad mucho más marcada: pausas dramáticas, interludios sombríos y uso calculado del silencio como herramienta narrativa. Behemoth no solo quiere que escuches el álbum, quiere que lo vivas como si fueras parte de un rito oscuro.
La intención estética es clara: devastar el simbolismo religioso desde adentro, no con gritos vacíos, sino con una orquestación precisa, casi académica, de lo profano. No hay espacio para la ambigüedad; todo en este disco es directo, corrosivo y minuciosamente elaborado para incomodar.
The Shit ov God no es un álbum para el consumo casual. Es una obra que exige atención, que reta ideologías, y que solidifica a Behemoth como una banda que ya no solo hace música extrema, sino arte extremo.
Con The Shit ov God, Behemoth entrega su obra más agresiva, provocadora y visceral hasta la fecha. El título, de entrada, ya establece una declaración de guerra teológica, y lo que sigue es un manifiesto sonoro en forma de death/black metal sacrílego, refinado y devastador.